Mirando con desprecio a cuantos peces
pueblan el ancho mar, una ballena
decía a boca llena:
"todo esto es pitijaya; en dos reveses
arrollaría estos bichos si quisiera
y me los tragaría en un instante.

Si el mentado elefante viviera,
me tragara también al elefante;
pues, bien visto si ensancho mi garguero
soy capaz de tragarme al mundo entero".

Tantas baladronadas
a todo pez tenían ya mohino,
hasta que un lobo callandito vino
por entre las oladas;
FABULA LA BALLENA Y EL LOBO -Mariano Melgarobservó que la grande tragadora
apenas anchovetas engullía,
y a todos avisó que la Señora
con toda su armazón nada valía.

Fabio, cuanta a tu amigo este pasaje;
dile que a nadie ultraje
exagerando su sin par talento;
no vaya a ser que un lobo halle sus tretas,
y nos haga saber en un momento
que no puede tragar sino anchovetas.