triste porque mi cuerpo se despoja
del tuyo, despertar donde se aloja
toda la soledad inexplicada.
Muerte del corazón, luz agotada,
tu aliento entre mi pecho, y esa hoja
marchita en su dolor, porque se moja
con lágrimas de un todo en esta nada.
Horas lentas, hirientes del abrazo
llevando su transcurso hasta mi pena.
Tú junto a mí otra vez, mientras respiro
sin alma casi, sin romper el lazo
que nos anuda vena contra vena,
y calmo este morir con un suspiro.