Alegre novia mía, cuando llegas
se llena el corazón de mariposas,
de puras narraciones jubilosas,
del fondo de los ojos que me entregas.

Mirándote en la fama de mis ciegas
canciones preferidas las rebosas,
llenando mi lamento con las rosas
recientes del amor que me revelas.

¡Qué tuya queda el alma cuando siente
crecer tu corazón! ¡Qué mía la pura
cosecha de tu encanto recatado!

¡Qué luz cuando dispones tiernamente
las tierras sin labrar de la amargura!
¡Qué gozo estar completo y conquistado!