en el centro puntual de la maraña
                                        Dios, la araña
                                                  Alejandra Pizarnik(Escrito el día fatal)




Allá donde la carne es harapos
mi corazón es reflector.
La araña con su linterna estudiaba tus pasos al alba.
No sabía que volabas,
que subida a un relámpago perdido
pisabas las tripas de la eternidad y sus hijos leprosos.
Te vi en sueños con muñecas de dolor,
no veías más que un gato descompuesto en sombras.
Te hablé, sólo pateaste la atribulada ceniza
                    de los profanados por el crepúsculo.
Un verso mordiendo su propia cola, escribiste.
Lo busqué en la alcantarilla de la pasión
                    pero lo tragó Merlin, estallando.
Y han pasado años bajo el puente
                    donde bocabajo la araña teje promesas,
bufandas, gorros para protegernos de la noche
                    en que no quede pelvis sobre pelvis.
En tu sombra dormitaré feto.
Alejanía, teclado de invierno,
allá voy contra el clavel que atravesó tu pecho,
                    tu voz de insecto imaginado.