Los arqueros oscuros
a Sevilla se acercan. Guadalquivir abierto. Anchos sombreros grises,
largas capas lentas. ¡Ay, Guadalquivir! Vienen de los remotos
países de la pena. Guadalquivir abierto. Y van a un laberinto.
Amor, cristal y piedra. ¡Ay, Guadalquivir!