Magníficos anillos, brazaletes, diademas,
oro y plata relumbran en rica pedrería;
la sal de la fiesta a luz de antorchas luce
tejidos de vicuña, cerámicas, plumajes.

Curacas, Apus, Mallcus, entrañables señores:
ya pasaron las lluvias, todo florece hoy dia.
Es el tiempo florido, la juventud del campo
De joven alegría el corazón se llena.

El maíz en los cantaros fermenta en oro cálido
trayéndonos de nuevo dulzor de las mazorcas;
en los vasos rituales se recobra la lumbre
del sol dormido en seno de eterna Madre Tierra.

Brindemos con la chicha! Levantemos el santo
vaso del corazón! Que tenga fuerza y claridad!
Rociemos unas gotas para la verde sementera;
para el ganado tierno. ! Recordemos días felices
y las glorias de los grandes Curacas difuntos!

Los años pasan pronto, la vida se termina,
y el corazón del hombre como la frágil caña
de la siringa, habla, y canta hasta morir
para ser después brizna arrojada en el polvo.

En esta noche espléndida, oro y plata el espacio,
oro y plata la casa, levantemos el santo
vaso del corazón! Todo florece.
También el corazón esta florido.