Callar puede ser una música,
una melodía diferente,
que se borda con hilos de ausencia
sobre el revés de un extraño tejido.

La imaginación es la verdadera historia del mundo.
La luz presiona hacia abajo.
La vida se derrama de pronto por un hilo suelto.

Callar puede ser una música
o también el vacío
ya que hablar es taparlo.

O callar puede ser tal vez
la música del vacío.