rezando ausencias que ya no serán más.
Calle poblada de voces humildes,
¡cuán cerca la hora en que él me querrá!
Sobre la tierra sumisa de ocasos,
pasaste a mi lado como un madrigal.
Toda la dicha se estuvo en mis ojos,
y fue leve cansancio la emoción de tu voz.
Calle: mi verso pronto irá hacia ti
honrado de emociones, como un abrazo
que anticipa olvido y soledades.