torpemente dejé caer mis somníferos
al abrir el frasco. Traté de recuperarlos uno por uno
pero al despertar me dí cuenta de haber olvidado el que
fingiendo una semilla fue a esconderse en la humedad
de una maceta que aceptaba la vida normal
de una planta sin problemas.
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La palabra diccionario
adentro de un Dicccionario
es el ego de este disfrazado de minúscula.
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Siempre he preferido
la inevitable ley de gravedad
de los ángeles caídos,
a la ilusión de los dudosos peldaños
que conducen al cielo.
***
El vagabundo pobre del barrio
logró bajar una nube para ponerla de almohada
pero sus sueños amanecían demasiado húmedos
y no tenía sol para secarlos.
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Ayer,
de tanto confundir mi lengua entre la suya
una mujer me ha dicho que tenemos besos babilónicos
con torres condenadas a querer tocar
la bóveda celeste.
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No puedo,
ni me gusta dormir con la ventana abierta,
porque se meten las brujas a robarme las manzanas
de los árboles que sueño ; le dan escobazos a mis pesadillas y se pelean con mis ogros. A éstos los tengo encadenados, la lucha no es leal y al final… no son tan villanos.
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Me desperté enredado entre tus labios
pero eran sólo mis palabras
y preferí cerrar los ojos
hasta que amanecieras.