Marilín          en esta ciudad hay muchos hombres
infinidad de hombres          colosales
magníficos          gigantes.          los hay de piedra
y también          por supuesto          de carne.
no sé cómo mirarlos y ellos no me ven
ni siquiera sospechan que los palpo
los desvisto          pero
llevan coches          maletas
a mucha prisa.
no saben cuánto sufro
porque el que quiero puede confundirse
y pasar siempre          inadvertido.
no te rías          voy a salir con un cartel
discreto          en varios idiomas
me lo colgaré del corazón
con serpientes y luces:
LA MUJER QUE USTED BUSCA SOY YO
(una vendedora de relojes
en medio del desierto).