Al pasar
las construcciones la retrasan
la distraen
sonándose unas contra otras.

Y ahí está el aire
dispuesto a arrastrarla.

El otoño nunca vuelve
esta temperatura ayuda a morir sin espanto.

La mujer busca dónde dormir
en las puertas de las grandes sucursales
y sueña
que realmente duerme.

Observando
uno destruye su casa.