sería bueno convencerte de las ventajas de tenerme
presentarme un día a tu puerta y con un catalogo a color
venderte la idea de un amor compartido, por semanas para dos
en algún lugar paradisíaco, como puede ser mi habitación
por la noche siendo sombras nos inventariamos el uno al otro
y de mañana me vestiría de luz para abrazarte mientras duermes
me encontrarías como fruta al desayuno
y al resbalar por tu boca el sabor te resultaría familiar,
voltearías a la cama, sintiendo que estoy ahí pero sería tarde
yo ya habría volado al clóset, para esperar a que vistieras
de cal y canto sobre tu cuerpo con mi blanca sombra terciopelo
sería la envidia del las aguas y los soles,
del viento ocuparía el lugar en tus pulmones,
para que no me olvides
para que no me olvides
sobre tu pecho anidaría cual voz con alas
para volar rompiendo silencios que no existen.