Su corazón es forja de poemas
y basta alzar la vista a dar con cielos
oblicuos, como Giotto los pintara
en Asís hace unos siete siglos.


Ama con brío El Salvador, del mundo
pa¨ªs breve en los mapas, amplio en temple
y sensibilidad, que a inmenso vibra:
sol ferviente en maizales de esperanza.

Sin reposo das fe, David, de vivo
amor a tu ciudad. Viejos jazmines
ocho almohadas se vuelven en las noches:
mueres cuando te esculpe Tití Escalante.

Al aire de tu gente renaciendo
paz y esplendor esparces por la tierra.


29 de junio de 2003