Yo quisiera quererte como antes te quería,
y sentirte, como antes, en todo consecuente,
yo quisiera decirte: te quiero todavía...
y recibirte, al fin, con ánimo sonriente.

Yo quisiera tomar tu mano con la mía,
y llevarlas fraternas, como antes, a mi frente,
guardándote a mi lado, junto a mí todo el día,
saber que estás conmigo, aunque te halles ausente.

Pero ya no es posible que esta dicha suceda—
desde que el desencanto se apoderó del alma—
y pienso que vivir así, tampoco pueda...

porque quiero querer y mi amor se resiste,
porque quiero esperar, cuando no tengo calma,
porque quiero reír y por siempre estoy triste.