Detrás de las palomas está el campo,
detrás de las campanas,
de las plazas bullentes,
donde empiezan los verdes fulgurantes,
donde nacen los sueños profundos,
donde dice el silencio
amados nombres
y crecen dulces árboles
y galopan caballos.
Detrás de las palomas,
lejos,
hacia el azul violeta de los montes,
hacia la gradación de los colores:
sol de oro rojo, alba iridiscente.
Detrás de las palomas y de las altas torres,
de los techos plomizos, de las gárgolas,
detrás, se encuentra el campo
con su voz inefable,
con sus múltiples voces rebeldes, intocadas.