Con los frutos del enebro
y las hojas
prenderé, amada luz mía,
este crepúsculo
tus labios
en mis lóbregos labios de incienso.
E impuestas en tus ojos
mis manos serán fértiles
y será
la oscuridad un verso
de piedra
por la sangre acariciada.

Feliz maridaje.