Acordáos.

La nieve traía gotas de lacre, de plomo derretido
y disimulos de niña que ha dado muerte a un cisne.
Una mano enguantada, la dispersión de la luz y el lento asesinato.
La derrota del cielo, un amigo.

Acordáos de aquel día, acordáos
y no olvidéis que la sorpresa paralizó el pulso y el color de los astros.
En el frío, murieron dos fantasmas.

Por un ave, tres anillos de oro
fueron hallados y enterrados en la escarcha.
La última voz del hombre ensangrentó el viento.

Todos los ángeles perdieron la vida.
Menos uno, herido, alicortado.

Poema El Ángel Del Misterio de Rafael Alberti
Un sueño sin faroles y una humedad de olvidos,
pisados por un nombre y una sombra.

No sé si por un nombre o muchos nombres,
si por una sombra o muchas sombras.
Reveládmelo.

Sé que habitan los pozos frías voces,
que son de un solo cuerpo o muchos cuerpos,
de un alma sola o muchas almas.
No sé.

Decídmelo.
Que un caballo sin nadie va estampando
a su amazona antigua por los muros.

Que en las almenas grita, muerto, alguien
que yo toqué, dormido, en un espejo,
que yo, mudo, le dije…
No sé.

Explicádmelo.