Poco ha cambiado el mundo
mas crecimos nosotros entre sombras,
la fija luz mutando cada vida.

Quise rendirte un hijo: por entonces
fue preciso robarlo
a una muchacha ayuna a nuestros ojos.

Y hoy que quisiera dártelo, renuncio
y anulando los nombres
te lo entrego de ensueño
con sangre y seña nuestra
para borrarlo nunca.