¿No son los rostros en la multitud
rostros de mi propio sueño y locura?

En mi presencia el espíritu del vino
trueca la alquería del mercader
en columna de fuego,
el taller del plomero
en estrella matutina,
las calles en rios de dorada cerveza.

En la brújula loca de mis palabras
se conjuran por igual el manantial
y la hoguera, la ceniza y el diamante.

Soy colmena en boca de león
lámpara que flota en la marejada.
Soy bufón de mi enamorada la espiga.
He pagado mi boleto de vuelta al barquero infernal.
En la luna de marzo comeré mi porción de rosas.