Tu rostro, aire que comienza

y mirada que no termina sólo en la mente

o la profundidad del corazón.

Nada parecer amenguar tu rostro que vive,

ni los días que pasan

ni el tiempo que muere lejos del sol.

Tu rostro, tan cerca de ti

pero más cerca del alma incomprensible,

gracia

gracia y perdón.