En el cielo

El sol mira para atrás

Porque tiene que llamar agua,

Y tú conoces las señales

Los sagrados olores de la tierra

Y empiezas a lustras tus botas

La escopeta del 16

Que el abuelo colgó en el comedor

En este otoño de su muerte.

Y en el morral huequeado por antiguos

Reventones de pólvora,

Hay un juego de naipes gastados

Como esa risa que fuimos perdiendo

Cuando nos vendaron los sueños

Para que creciéramos

Más tranquilos, más ciegos,

Y no preguntáramos

Por qué el sol miraba para atrás

Desde el umbral sonoro de la lluvia,

O por qué los que amábamos

No volvieron jamás

Para justificar su eternidad

A nuestro lado,

Y tú

Y yo

Tuvimos que ir guardando las sillas vacías

Pasando llave

En el óxido de las chapas antiguas

Pasándonos una costura en la boca

Para quedarnos

Con las palabras estrictamente necesarias

A nuestro sencillo amor.

El sol mira para atrás

Porque tiene que llamar agua

Y se ilumina la copa de los manzanos

Y nos entra un frío por las rodillas

Avisándonos la primera señal.