Todo es luz para los ojos móviles del sueño
bajo los párpados se despliega
la plácida temperatura de una playa
y allí está él y ella que era yo
sin más sonido que la presencia del otro

enfrentados
doblándonos sábanas
haciendo coincidir las puntas del afecto
él y ella que era yo se acercaban y separaban
por la exacta medida de la tela.