Ay! cuántas veces en las lentas horas
De la noche callada, antes que el sueño
Venga á cerrar mis párpados, recorre
Mi memoria tenaz los bellos días
De lloros y de risas infantiles

A que siguieron tan hermosos años!
Sus palabras de amor entonces oigo,
Sus votos de constancia...no cumplidos,
Y vuelvo á ver la luz de esa mirada

Que hundióse en el Ocaso de la vida
Para ya no lucir...ay! para siempre!
Ay! cuántas veces los amigos caros
Al corazón desde la infancia unidos,

Que ya no existen...mi memoria evoca,
Y hallo en torno de mí sólo sus tumbas,
A do bajaron, como al soplo frío
Del invierno, las hojas macilentas...

Imagínome entonces que recorro
Un salón de banquete ya desierto,
Do algunas luces oscilando mueren...

Donde se ven aquí y allá dispersas
Las guirnaldas marchitas... Lo han dejado
Todos, excepto yo; y así en la vida
Ay! cuántas veces me contemplo solo!