...las cenizas de mi voz...
                                                            J. Ortega y Casset



En las cenizas de mi voz apuro
un rescoldo de lumbre que no es mío.
Estoy al sol y solo con mi frío
de sombra deslizada por un muro.

Pendo, como de un garfio, de mi duro
perfil, que el sol incrusta en un baldío
rencor de cal y canto. Allí porfío,
perfil de voz, con mi perfil oscuro.

¡Cenizas de mi voz, que no persuaden!
Evasivos rezagos que se evaden
de mí, y por mí, dejándome cautivo.

Ya mi voz a sí propia no se alcanza,
y su acento es apenas añoranza
—sobreagonía— de mi acento vivo.