Ni una palabra quedará, siquiera,

Amor que eras mi amor, que eras mi vida.

Ya no te digo adiós, ni hay despedida

Ni volveré a llorar por lo que fuera.

Dónde quedó el terror frente a la espera,

Dónde el pretexto fácil de la huida:

Estoy de pronto, como adormecida,

Brazos ausentes, párpados de cera.

Amor que eras mi amor, estas tan lejos

Que tu imagen se vela en los espejos

Y está la niebla donde había llamas.

Oigo que rondas pero no te veo,

Vuelvo a escuchar tu voz, pero no creo.

Ya no importa si estás ni si me llamas.