Ninguna de las hijas de la belleza
Tiene la magia que tú tienes;
Y es para mí tu dulce voz
Como música en el agua:

Como si su sonido hiciera
Detenerse al encantado océano,
Resplandecen las olas en su quietud
Y parecen soñar los sosegados vientos.

Y la luna de la medianoche teje
Sobre el mar su brillante cadena;
Su pecho palpita suavemente
Como un niño dormido:

Así el espíritu se inclina ante ti,
Para escucharte, para adorarte;
Con la emoción suave y profunda
De las olas de un mar de Verano.