Ni el pormenor simbólico
De reemplazar un tres por un dos
Ni esa metáfora baldía

Que convoca un lapso que muere y otro que surge
Ni el cumplimiento de un proceso astronómico
Aturden y socavan

La altiplanicie de esta noche
Y nos obligan a esperar
Las doce irreparables campanadas.

La causa verdadera
Es la sospecha general y borrosa
Del enigma del tiempo;

Es el asombro ante el milagro
De que a despecho de infinitos azares,
De que a despecho de que somos

Las gotas del río de Heráclito,
Perdure algo en nosotros:
Inmóvil.