hay un lenguaje arcano
que silenciosamente se murmura con la yema de los dedos

hay un lenguaje secreto
que tenuemente se pronuncia en el desliz de una mirada

hay un lenguaje cifrado
que veladamente se habla en la camaradería de las palabras

hay un lenguaje profano
que suavemente se declama al estremecerse el cuerpo


hay un lenguaje sagrado
que sólo nosotros comprendemos