Oh, tú que me atormentas, cuando eres dueño mío,
¿qué quieres con dañarme y torturarme?
Causas admiración por tu hermosura,
mas en ti la muerte se une a la belleza
como al brillo en la espada y en el fuego a la luz.





(Recopilación y traducción de Teresa Garulo, Universidad Complutense de Madrid)