Durante el día duermo a orillas
del helado torrente de montaña.
Un enjambre de mariposas
revolotea en el jardín de mi barba.

Pero durante la noche, quedo a solas
con la embrujada
Dama de las sombras.
En el rincón de la casa de campo
veo dibujarse sus labios muy finos
y relucir la negra estrella de sus ojos

Mientras me llama a su paso
por el oscuro corredor
apartando los flecos de la niebla.