Aquí, en la Normandie
fui inmensamente infeliz

A la sombra de las vacas tomé un coche

-vagaré por estos mundos
tan extraños tan profundos-

Sentí miedo
por los verdes diluvios

los cisnes en los lagos
un camino serpenteante

-Lloraba en los brazos
de la Francia impenetrable-

Nunca más veré este cielo
ni estas vacas de tersas orejas

Les dije: adieu

rumien hermosas también
sus dulces sueños

del prado al establo

En el bosque
miré al cielo

donde Dios habita
mudo imperturbable

- Dios es bueno-

Las vacas mugían locas de miedo

Quise acariciar la pelambre de sus pechos
susurrar a las orejas tatuadas de metales


-registros sementales
fríos rendimientos-

Nada es puro
en esta noche

ni estos animales

-tontas vacas en las verdes colinas

pienso en ustedes
sin nostalgia

rumiando conmigo la última cena