Los hechos son muy pocos, pero bastan.
Son suficientes para dar la talla
de un hombre que no quiere acomodarse
a los patrones prefijados.

No comparto el refrán "quien calla otorga".
Quien calla tiene un nudo en la garganta
y es un grito por dentro.

Y nada otorgo a nadie. Simplemente
callo y sigo mi ruta. Que los perros
ladren
no es tan mala señal. Las hay peores.