para el ave rapaz cegada de pánico
en tu piel morena
los huesos ubicados en el lugar que corresponde
como paisaje anatómico
sugestivos en estructura al tacto y tu cavilante
bajo el follaje del viejo arce la luna fúlgida
la espesura profanada
resignada en el atractivo de estos otros huesos
débil – aseguro por tu aspecto -
la pálida de la fiesta con otra figura
Una urbanidad desconocida sin embargo reconozco alguna semejanza
donde se ocultan los astros y tu te amparas en mis fantasías
¿Qué difumina tu belleza entonces?
Esa percepción abatida de otras épocas de frío y éxodo
o de altruismo o la validez apresurada de una ideología
la clarividencia ya no tiene sentido
cuando la pasión es infinita con el impío que adora
Se desdibujan
tus pechos en la umbría luz y un mirlo aletea
en el mismo instante en la tenuidad de la noche
La madrugada está saciada ya en tus pupilas de ninfa
orilla el sentido desnudo
el instinto apresurado
y los aromas quedan en mi cuerpo
como remedo de una insospechada tregua