me he vuelto ceremoniosa
han dejado de interesarme los ruidos
el silencio de los demás

prefiero una copa dando vueltas por mi casa
desayunar sin asuntos pendientes
regodearme en eso de ser absolutamente solitaria
absolutamente vieja después de todo

aunque no tenga andares suficientes
ni siquiera uñas cuarteadas

quizás en otro lado
el ánimo se recupere

por lo pronto
no aspiro a más rutina
que mi cama deshecha y vuelta a armar
una cierta efusividad que conduzca a ventanales cerrados
al bocado de sal que me hostiga
a mis dientes suplicando cepillo
al cabo de muchos días
muchos encierros
demasiadas ceremonias