La niña de tu ojo derecho ha perdido la infancia,
y todas las imágenes que ha visto se sumergen en llanuras abisales,
el océano reclama a la niña de tu ojo derecho,
y la hunde en su seno,
diligente le quita las sandalias,
quiere el agua que las huellas dejadas en la arena sean leves,
que se borre de la tierra cualquier reflejo que hable de su paso.
Por eso la marea arrebata a la costa los restos de su sombra,
y entrega al horizonte los colores que ha visto.
Mezcla el océano olvido con arena,
y escupe en la niña de tu ojos derecho con la saliva sagrada de los náufragos.
Un blanco duelo de espuma la llama por su nombre de sombra,
por un instante le hierve la memoria,
sal, algas, horizonte y arena,
tu niña se pierde entre jirones,
el abismo le arrebata la infancia y las sandalias.