He recogido el polvo de tus pasos,
y lo he puesto en un cesto de mimbre sobre el agua,
lo he esparcido en el viento,
lo he arojado en la hoguera,
para que mis pasos y tus pasos se encuentren tras la lluvia,
y llames a mi puerta,
y busques el fuego de mi casa
cuando azote tu rostro el crudo viento del norte.