Muerte, si otra muerte hubiera
Que de ti me libertara
a esa muerte pagara
porque a ti, muerte te diera.

La Señora Silenciosa,
La Veterana Infalible.
La Muerte, cosa terrible,
La Muerte… ¡tremenda cosa!

Qué fuerza tan misteriosa,
implacable, traicionera:
Llegas al que no te espera,
huyes del que te reclama,
ríes del pobre que clama:
¡Muerte, si otra muerte hubiera…!


Quisiera librar al mundo
de tu macabra misión.
Quisiera darte prisión
en un abismo profundo.

Quisiera, por un segundo,
contemplarte cara a cara
y que el Cosmos me dotara
de indestructible poder
conjugando un verbo Ser
que de ti me libertara.

Muerte, yo te desafío,
tu presencia no me extraña,
me burlo de tu guadaña

y de tus huesos me río.

Muerte, no le temo al frío
Que los corazones para.
Muerte, si otra te matara,
al saberte ya destruida,

con la prenda más querida
a esa Muerte pagara

Muerte que todo lo callas
estás en todo lugar,

en las nubes, en el mar,
en los campos de batalla.
Cada bala de metralla
es tu palabra certera…

Si de otra muerte muriera,
si otra muerte me llevase
a esa Muerte pagase
porque a ti, muerte te diera.