El también te esperaba
desde diciembre.
Harto como estaba de tu ausencia
se fue con mujeres malas,
-casi todas de derechas-.
Anduvo en todas las pesquisas policiales.

Delincuente común,
intransigente,
ladrón de aves submarinas y de besos
se hizo un ser solitario, huidizo.
Dejaba como estela unos labios sutiles
y el eco de sus rezos mahometanos.
Paso de cientos a miles de millones de altercados
con las bandas enemigas de tu barrio.
Mareado por los ruidos de sirenas
se hizo nadie en nada
y ahora es imposible borrarlo.