Como alcachofa que una a una se deshoja.
Sin supuesta superioridad de sabiduría
Sin el remordimiento del justiciero
Sin la baba del defensor del orden
Sin calificativos como puntos de referencia
Sin subentendidos que complican al lector
Sin impunidad frente a la critica literaria
Sin el cansancio de la raíz
Sin la ética pluralista del remolino.
Todo ese corazón teórico mientras orina
en las puertas de los prostíbulos.