¡Oh claro honor del líquido elemento,
Dulce arroyuelo de corriente plata,
Cuya agua entre la yerba se dilata
Con regalado son, con paso lento!,

Pues la por quien helar y arder me siento
(Mientras en ti se mira), Amor retrata
De su rostro la nieve y la escarlata
En tu tranquilo y blando movimiento,

Vete como te vas; no dejes floja
La undosa rienda al cristalino freno
Con que gobiernas tu veloz corriente;

Que no es bien que confusamente acoja
Tanta belleza en su profundo seno
El gran Señor del húmido tridente.