nes nombre, pero llevas tu origen ceñido a mi garganta como un collar de fuego que me abre las puertas para que entre tu cuerpo. Bienvenido, tú, el vulnerable, a quien contengo y doy a luz. Yo soy la odiada cuando me creés silicio, carcelera, corazón confuso. Espectral es la carne que abominas gajo a gajo, que codicias vencida. Soy la que amas al borde de la fábula desde el árbol de sangre que se asoma a tu pulso. Somos Eva y Adán, Ulises y Penélope. Nuestras caricias nómadas hoy se asientan en lecho mineral. Quiero quedarme en ti y atender las señales de tus peces profundos. Riégame las entrañas generosas. Florecerás en hombre.