La que sin ser yo
No es otra
La de tirantes dedos para acariciar
El espino
Escribe
Pocos años Pocas horas
No menos de mil
No más de mil
Recoge
La herida de la tierra amarga
Para protegerse
De la orgullosa espesura
Sostenida por siete pájaros azules
Su soledad
No derrama pájaros
Árboles con amplias miradas
Antigua huella de adioses
Guardaron para ella la señal
Y las flores
Grandes triunfadoras
Le cortaron es suspiro inocente
Joven aún
No la conozco
Ella y yo
Dos manos de trazo libre
Para esquivar la espera
Dos pies en forma de pies
Para marchar al combate
Dos ojos
Que siempre miran recuerdos
Diosa y mujer
Nosotras