Tráenos ese brasero que en el bosque
tiene sus orígenes
y la frente del sol muestra en sus rayos.
Desde su seno saltan los carbúnculos
con susurros que curan la melancolía;
es para el solitario compañía,
amanecer para los ojos que lo miran,
vestido del que no lo tiene.
Las rojas orlas de su túnica
arrastra con orgullo
en la negrura de la noche:
herida abierta, se diría,
en el linaje de los abasíes. *


*La alusión a la dinastía abasí, cuya enseña era de color
negro, es bastante frecuente en la poesía andalusí; aquí
se la sugiere al poeta la oscuridad de la noche donde
destaca el rojo de la llama. Nota de la traductora.



(Traducción: Teresa Garulo, Universidad Complutense de Madrid)