terrazas
enclavadas al borde de nuestras vidas
nos tientan
pero no tenemos tiempo


somos los destinados al silencio
utilizamos zapatos de goma
y rozamos la mediocridad que nos rodea



ciertas ventanas
son ojos indiferentes
al curso de la vida exterior



algunas cosas
tienen sólo contorno
y es difícil
llamarlas por su nombre




cobijar los pasos que doblan
una esquina
es conservar tibio
la esperanza de un pasado