Todo listo:
el odio
el rifle descarado
y la risa del maldito.

Todo dispuesto:
Dios
con su banderita de venganza
y su trompeta
fría de silencio.

Cuerpos
sangre
gritos
y luego la metralla,
Eso es.
Y sangre.

Venid, ahora, vosotros
a ser cómplices
como el árbol y la flor
mudos de espanto.
Por un momento dejad vuestra tibia carreta
de quejumbrosos bueyes tristes.

Venid:
es sangre
nada más.
Sangre.
Y cuerpos destrozados.
Nada más.

Ya podéis seguir vuestro paso tranquilo.