de mi padre

Hoy marzo y siete. ¿Recuerdas? Yo recuerdo.
Soy vivo y te recuerdo: Íntegramente puro,
siempre igual. Diste la mano a quien te dio la mano
y arrancaste el odio a quien te odió de espaldas.

¿Recuerdas? Ya casi primavera, olor a campo,
en las viejas ventanas del colegio –alguien dijo
que tu labor no fue importante.

¡Hay cosas, padre, que son mejor
guardarlas en silencio! –Alumnos con charangas
saludaban tu paso. También tu muerte –fuimos todos

contigo al cementerio- y veían tu pureza total
y sentían tu voz contra sus frentes.

Hoy ya marzo, otra vez, tanto tiempo te has ido
que recuerdo el dolor que te produjo
amar la libertad como la amaste.