Caronte: yo seré un escándalo en tu barca
mientras las otras sombras recen, giman, o lloren
y bajo tus miradas de siniestro patriarca
las tímidas y tristes, en bajo acento, oren.

Yo iré como una alondra cantando por el río
y llevaré a tu barca mi perfume salvaje
e irradiaré en las ondas del arroyo sombrío
como una azul linterna que alumbrará en el viaje.

Por más que tú no quieras, por más guiños siniestros
que me hagan tus dos ojos, en el terror maestros,
Caronte, yo en tu barca seré como un escándalo

y extenuada de sombra, de valor y de frío,
cuando quieras dejarme a la orilla del río
me bajarán tus brazos cual conquista de vándalo.

Si el rosal florece,
es ya para otro que en capullos crece.

Vete, dios d piedra,
sin fuentes, sin dalias, sin mieles, sin yedra.

Igual que una estatua,
a quien Dios bajara del plinto, por fatua.

Vete, dios de hierro,
que junto a otras plantas se tendido el perro!