atrás quedan las luces de la oficina
mis párpados signan los cansancios del día
apenas si consigo acomodarme en el carro
enciendo el motor
me adentro en la avenida miserablemente
despoblada
cruzo a la izquierda
y tu risa reflejada en el retrovisor
se convierte en el único indicio de vida
en una noche de total aniquilamiento