Cuando me paro a contemplar mi’estado
y a ver los pasos por dó me han traído,
hallo, según por do anduve perdido,
que a mayor mal pudiera haber llegado;
 
mas cuando del camino’stó olvidado,
 a tanto mal no sé por dó he venido;
 sé que me acabo, y más he yo sentido
 ver acabar comigo mi cuidado.
 
Yo acabaré, que me entregué sin arte
 a quien sabrá perderme y acabarme
 si quisiere, y aún sabrá querello;

que pues mi voluntad puede matarme,
 la suya, que no es tanto de mi parte,
 pudiendo, ¿qué hará sino hacello?