Esta paz ya es calvario, la patria ya no es patria,
Este amor que nos mueve es un amor vacío,
Ya el cielo de los pueblos no se baña en el río
Ni le reparte trinos a la vieja campana.

Ya no hay calor humano en la humilde cabaña
Donde el fogón y Cristo agonizan de frío,
Ya el camino no llega sin sangre al caserío
Ni el pan llega a los hijos sin su ración de lágrimas.

Esta patria nos duele en la sangre, en los huesos,
En las cenizas de los padres, en las cometas de los nietos
Y en la savia que huye escondida del sol.

Nos cambiaron la patria, amigo presidente,
Y, aunque no lo admitamos, ya comprende la gente
Que mientras perdonamos nos secuestran a Dios.